Gn 25:1-18 - "Su mayor promesa: Ser una familia con Él"- Serie Génesis No. 51
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
El Señor tiene maravillosos planes y propósitos. El mundo rechaza sus promesas, planes y propósitos, eso no nos sorprende. Lo que llama la atención es que a veces nosotros como iglesia suya no vivimos constantemente pensando en sus bellas promesas. Esperando en Él.
Dios Padre nos ha hecho hermosas promesas, una de ellas es que si creemos en Su Hijo Jesucristo tendremos vida eterna. Un joven decía: “Si Dios me amase entonces no me iría tan mal en la vida.” Este pensamiento tiene severos problemas. Sobre todo que ignora la realidad humana. La realidad humana es de condenación. Todos nacemos en la familia equivocada. Nuestros padres nos dan herencia de condenación y confirmamos la misma con nuestros propios pecados y malas decisiones. De pronto el pensamiento que tenemos del Señor es el de un genio de la lámpara dispuesto a conceder nuestros caprichos o a aceptar nuestros pensamientos como si tuviese que demostrar algo para convencernos. Hemos olvidado la verdad de la Escritura que hemos nacido en condenación a causa del pecado y que de permanecer en esa condición estaremos perdidos eternamente y que por gran amor Dios Padre nos rescató y nos tomó como hijos a un alto precio, la vida de su precioso hijo Jesucristo.
Pero, ¿Cómo inició todo eso? Una creación perfecta por un Dios perfecto que incluía la libertad perfecta del hombre fue corrompida a causa de la mala decisión del hombre y la mujer. Eso es lo que hemos estudiado en la Escritura en Génesis 3. Adán y Eva pecaron voluntariamente y entró la muerte y pasó a todos los hombres. Esto quiere decir que tú y yo tenemos una naturaleza contaminada por el pecado. Y la creación preciosa del Señor, incluyéndonos, tendríamos que ser ejecutados por el justo juicio del Santo Creador. Pero no fue así, al menos no totalmente así. Muchos de nosotros no pasaremos el castigo eterno a causa de la gracia del Señor. ¿Dónde comenzó todo el plan de Dios para salvar a la humanidad? En la mente Omnisciente de Dios comenzó en la eternidad y en los hechos encontrados en la Escritura, comenzó en la promesa de redención a la humanidad.
15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Esta fue la primera promesa de salvación a la humanidad. La simiente de la mujer, es decir, un descendiente de la mujer iba a terminar con el mal, con la serpiente de una forma definitiva, eso es lo que significa “..herida en la cabeza”.
Y esa promesa que recibieron nuestros primeros padres Adán y Eva, fue pasando y transmitiéndose, pero de pronto, a causa del pecado, toda la humanidad un día se había olvidado de Dios, pero el Señor no se olvidó de su promesa de salvación y escogió a un hombre, Abraham, para comenzar en él el cumplimiento de esa promesa de salvación. Esa es la importancia de Abraham en todo esto y es lo que hemos estado estudiando en Génesis. Dios en medio de una creación pecaminosa tomó a una familia: Abraham y Sara para iniciar un pueblo con ellos, un pueblo que traería grandes bendiciones al mundo. Y nosotros aunque de forma específica no somos descendientes físicos de Abraham o no somos el pueblo de Israel, sí hemos recibido la extensión de esa promesa que ha beneficiado a todas las familias de la tierra. Gracias a la promesa que Dios realizó a Abraham nosotros somos salvos el día de hoy.
En la porción de la Escritura que nos toca estudiar, Abraham llega a la parte final de su vida. Y hoy la Escritura mostrará el cumplimiento de las promesas de Dios en la vida de Abraham, un hombre que confió en su llamado y veremos cómo una de estas promesas nos beneficia también a todos.
El mensaje de esta mañana es: “Su mayor promesa: Ser una familia con Él” y está basado en Génesis 25:1-18. Y si abres tu corazón a esta porción de la Escritura y dejas que el Espíritu Santo obre en tu vida, te darás cuenta de ¡CUÁNTO TE AMA EL SEÑOR y verás su gran misericordia en haber tomado un día a Abraham para que por extensión tú y yo podamos ser salvos el día de hoy a través de Jesucristo y ojalá que cuando comprendamos esto seamos más fieles, obedientes, entregados al Señor, y se refleje en nuestra vida, en cambios en nuestra forma de pensar, hablar, decidir, para que así Glorifiquemos a Aquel que nos amó tanto !
EXÉGESIS Gn 25:1-18
EXÉGESIS Gn 25:1-18
Mientras vamos buscando este capítulo en nuestras Biblias, queremos recordar cómo es que Dios se acordó de rescatar al mundo e iniciar un pueblo escogido y suyo a través del llamado de un hombre.
1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
El Señor había llamado a un hombre Abram a dejar todo lo que tenía, su casa, su padre, su familia, su herencia, su tierra y todo cuanto tenía por seguir al Señor y recibir propósitos verdaderos por los cuáles vivir. Dios tenía los ojos puestos en Abraham para cumplir varias promesas entre las cuáles estaba la salvación al mundo. Mientras el mundo pecaminoso se había olvidado del Creador, Él no se había olvidado de su creación. Algunas de estas promesas se cumplen en Abraham y en su descendencia física específicamente pero alcanzan por extensión a una descendencia espiritual que somos nosotros la iglesia de Cristo.
Dios prometió a Abraham que sería padre de muchas naciones y cumplió su promesa. Gn 25:1-4, 12-18.
Dios prometió a Abraham que sería padre de muchas naciones y cumplió su promesa. Gn 25:1-4, 12-18.
A los ojos del mundo Abraham cometía el peor error que podía cometer alguien, dejar la casa de su padre, así como su herencia por salir sin rumbo conocido, tan solo esperando en Aquel que lo llamaba. Jehová mostró entonces que aunque Abraham no conocía muchos detalles ese era una llamado a confiar plenamente en Él. La promesa incluía una gran descendencia:
6 Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.
El hombre que dejaba toda su vida en casa de su padre y había renunciado a ella, iba a ser bendecida con una multitud de descendencia, de naciones que vendrían a partir de él, así como reyes. En la porción de hoy, vemos cómo todo esto llegó a cumplirse:
1 Abraham tomó otra mujer, cuyo nombre era Cetura,2 la cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa.3 Y Jocsán engendró a Seba y a Dedán; e hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim.4 E hijos de Madián: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron hijos de Cetura.
Después de un tiempo de la muerte de Sara, Abraham tomó a otra mujer que se llamaba Cetura. Es posible que inicialmente nos cause un poco de impacto que Abraham haya hecho esto, pero debemos entenderlo en el contexto específico de Abraham. Él ya es un hombre de edad muy avanzada y que había sido un nómada por mucho tiempo, es decir, había ido de lugar en lugar buscando una tierra y pastos para su ganado. La tierra donde ahora reside es grande y espaciosa y hay un mandamiento de Dios de poblar la tierra (Gn 1.28). Por otro lado, Abraham toma por mujer a Cetura cuando su esposa ya había muerto hace algún tiempo. Si queremos hablar legalmente de lo que Abraham está haciendo, debemos recordar que: Ellos como pueblo aún no han recibido la Ley de Dios que vendría luego con Moisés para tener una referencia de moralidad y obras delante del Señor. De hecho, Abraham realmente no está incumpliendo alguna ley al tomar a otra mujer después de la muerte de Sara, Pablo mismo en el Nuevo Testamento aprueba el segundo matrimonio para las personas viudas:
39 La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.
Lo que Pablo sí exige es que esto se haga en sabiduría, prudencia y sobre todo “en el Señor”.
Abraham había tomado para sí otra mujer. No estaba deshonrando a Sara con esto. Nadie está ocupando el lugar de Sara como la esposa que ella era y como la señora de la casa; sino que esto había pasado ya a Rebeca, y entonces Abraham llega a tener varios hijos con Cetura. Algunos de estos serán relativamente conocidos Por citar a algunos, Zimram se asentaría sobre el mar rojo, mientras Jocsán daría lugar a una gran descendencia en el sureste de Arabia. Madián también será un territorio grande, y en la Escritura, Moisés huirá del faraón de Egipto hacia este territorio. En realidad todos los hijos darían inicio a otras tribus y pueblos pequeños y grandes en tierras más alejadas. Así que Dios había anticipado que de Abraham vendrían muchas naciones y es exactamente lo que había ocurrido. Pero hay más. No solamente vinieron naciones por Cetura, sino que más naciones salieron de Abraham:
Vamos a saltar en esta ocasión hacia Génesis 25:12-18 para ver más del cumplimiento de la promesa de Dios sobre las naciones que vendrían de Abraham:
12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, a quien le dio a luz Agar egipcia, sierva de Sara; 13 estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam, 14 Misma, Duma, Massa, 15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema. 16 Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus familias. 17 Y estos fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y murió, y fue unido a su pueblo. 18 Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto viniendo a Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos.
Vemos también que la descendencia era tan grande en cumplimiento a las promesas de Dios, que Ismael también fue bendecido con una gran generación. Ismael era el hijo de Abraham que tuvo con la sierva Agar. ¿Recuerdas como pasó todo esto? ¡Sara había intentado solucionar el problema de su esterilidad sugiriendo a Abraham que tuviera un hijo con la sierva y Abraham lo había aceptado! Esto estuvo fuera de los planes de Dios, y a pesar de ello, el Señor tuvo misericordia de Agar e Ismael cuando escapaban por el desierto y estaban a punto de morir y le había dicho que iba a tener una gran descendencia también.
El Señor había cumplido de esta manera con Abraham y también con Agar. Según estos versículos 12 príncipes o personas muy notables salieron de los descendientes de Ismael.
Esta fue la primera promesa cumplida a Abraham, varias naciones salieron de Abraham ya sea a través de Ismael o a través de los hijos con Cetura. Muchos de estos pueblos se volverían enemigos del pueblo escogido porque el pecado siempre origina este tipo de problemas, pero Dios cumplió al dar a Abraham una descendencia de muchas naciones. A pesar de los desaciertos de Abraham en varias ocasiones, Dios si fue fiel a sus promesas. Pero dentro del plan divino, no solo eran necesarias varias naciones, sino en realidad UN PUEBLO especial y escogido para guardar la fe que se iniciaba con Abraham. Entonces tenemos la segunda promesa:
El Señor prometió a Abraham que iniciaría un pueblo de él y de sus descendientes y Dios cumplió su promesa. Gn 25:5-6
El Señor prometió a Abraham que iniciaría un pueblo de él y de sus descendientes y Dios cumplió su promesa. Gn 25:5-6
Cuando Abraham dejaba su casa confiando en las palabras del Señor, él recibió esta promesa:
2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Y también Génesis 15.5-6:
5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
Y también un poco más adelante Dios volvió a confirmar la promesa Gn 18:10:
10 Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.
El Señor había prometido hacer una nación grande con propósitos especiales a partir de un hijo propio, es decir, a partir de Sara, la esposa de Abraham. Este pueblo sería de descendientes físicos y es el pueblo de Israel. Muchas naciones vendrían de Abraham pero una de ellas sería la expresión de la gracia de Dios ya que a través de este pueblo que iba a guardar la fe iba a venir el Salvador un día. Por tanto, el hijo del cumplimiento de esta promesa era bastante especial, Abraham lo sabía y debía cuidar la herencia espiritual recibida de este hijo en particular sobre los otros. Esto es lo que dice Génesis 25:5-6.
5 Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac.6 Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental.
Dios tuvo planes para con el Israel, y de hecho, aún los tiene y un día el remanente de Israel volverá a los caminos del Señor reconociendo a Cristo como el mesías enviado y crucificado. Pero Israel el pueblo escogido tuvo muchos propósitos, entre ellos mostrar al mundo que existía un Creador y que tenía gracia para con su pueblo, así como guardar a una nación de la cuál vendría el Redentor Cristo Jesús.
Abraham sabe de esta promesa y entonces el heredero por derecho Isaac recibe todo cuanto tiene el padre y sobre todo las promesas espirituales, ya que él era el heredero para guardar la fe de Abraham.
Sin embargo, es necesario notar que Abraham fue un padre responsable con sus otros hijos, de tal manera que les dió “dones”. No los dejó sin recursos, sino que también les dio abundantes bienes. Los envió lejos de Isaac porque sabía que la tierra prometida era tan solo para Isaac porque Dios iniciaba un pueblo con él. Abraham estaba cuidando la herencia espiritual que incluía ser de beneficio para todas las familias de la tierra, aún para los naciones que saldrían de los otros hijos. La genealogía de Jesucristo en Mateo presenta varios nombres de mujeres que vinieron de otros pueblos y alcanzaron también las promesas del Señor. Es más, nosotros somos la evidencia de que no nacimos de la casa física de Abraham o el pueblo de Israel, pero que hemos recibido la bendición más extraordinaria de ser tomados como pueblo de Dios, como iglesia, por la gracia del Señor Jesucristo.
Aunque Abraham tuvo varios hijos, solo en Isaac iba a cumplirse los propósitos espirituales de Dios de proveer un salvador para el mundo condenado. El Señor ya había determinado antes que era Isaac el hijo de la promesa:
12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.
Abraham tuvo muchos hijos pero la Escritura pone atención especial sobre uno de ellos porque era el hijo de la promesa, este era Isaac.
Hasta ahora hemos visto dos de las promesas que Jehová hizo y las cumplió en Abraham. En primer lugar fue padre de muchas naciones y también fue padre de un pueblo especial en Isaac, de descendencia física que fue el pueblo de Israel. La tercera promesa realizada nos muestra la Omnisciencia de Dios y su gracia para con Abraham:
El Señor prometió a Abraham que su muerte sería en paz y lleno de días y Dios cumplió con su promesa. Gn 25:7-8
El Señor prometió a Abraham que su muerte sería en paz y lleno de días y Dios cumplió con su promesa. Gn 25:7-8
El Señor había anticipado a Abraham lo siguiente:
15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.
Es difícil saber como vamos a morir, pero sí podemos saber algo, que si estamos en Cristo, aún nuestra muerte tendrá propósitos. Aunque nosotros no sepamos mucho acerca del futuro, sí sabemos que Dios lo conoce y podemos descansar totalmente en ÉL. Dios supo cómo iba a terminar la vida física de Abraham:
7 Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años.8 Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo.
La Escritura dice que Abraham vivió 175 años y murió. Esta fue su muerte en cuerpo. Abraham había salido de su tierra a los 75 años y 100 años estuvo caminando con el Señor. Al inicio fueron varios tropiezos, pero poco a poco comprendió mejor el camino de la fe y prueba a prueba el Señor fue moldeando su vida. Pero aún siendo un hombre de fe y de hecho, el hombre más respetado por su fe en el Antiguo Testamento, aún así fue víctima de lo que todos somos víctimas, de las consecuencias del pecado, es decir, de la muerte. Nuestro cuerpo va al polvo, se degenera cada día más y si no viene Cristo antes también todos nosotros tendremos que morir algún momento.
La muerte de Abraham no fue una muerte trágica, sino una en paz. La Escritura dice “..y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de días..” - Lleno de días quiere decir que tuvo una larga vida, y en ella vio crecer a su hijo Isaac y a sus otros hijos en la última etapa de su vida. Tuvo largos días para caminar por la fe.
Aquellos que confían en el Señor, así como Abraham, reciben el cumplimiento de sus promesas y en este caso, Dios había cumplido al darle bastantes años y una muerte tranquila, algo que ya había anticipado. Abraham había dejado todo lo que tenía por seguir al Señor y el Señor lo bendijo con muchos días en la tierra y con la eternidad después de ella.
“..y fue unido a su pueblo.” - Y esta parte de este último versículo abre el espacio para otra promesa recibida. Pero antes repasemos las promesas que recibió a Abraham porque son importantes para comprender la Escritura, al pueblo de Israel del Antiguo Testamento, así como su extensión para nosotros. Hasta ahora tenemos una promesa de varias naciones que vendrían de él y una promesa de que vendría una nación especial, y por último una promesa de una muerte tranquila y en paz. Ahora veamos una promesa más:
Jehová prometió una tierra donde habitaría él y su descendencia y el Señor cumplió con su promesa. Gn 25:9-10
Jehová prometió una tierra donde habitaría él y su descendencia y el Señor cumplió con su promesa. Gn 25:9-10
Abraham fue sacado errante por Dios, es decir, para que camine de un lugar a otro hasta llegar a la tierra que Dios tenía para él y su pueblo. Esta promesa se aplica de forma específica a la nación de Israel y fue dada en Gn 17.8:
8 Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.
Abraham había tenido muchos conflictos a causa de no tener una tierra, había tenido problemas con el pozo que él había cavado porque no era su tierra y a pesar de todos estos problemas él había confiado en el Señor. Su esposa había muerto y no había un lugar donde enterrarla y a pesar de eso, él sabía que no podía irse de ese lugar, porque ese era el lugar que Dios le había prometido por herencia, entonces hizo todos los esfuerzos para sepultar a su esposa Sara en aquel lugar. Y ahora, Abraham mismo estaba siendo enterrado en ese mismo lugar porque no tenía otra casa sino aquella que el Señor había prometido a su descendencia:
9 Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón hijo de Zohar heteo, que está enfrente de Mamre,10 heredad que compró Abraham de los hijos de Het; allí fue sepultado Abraham, y Sara su mujer.
A esto se llama fe. No tener una tierra con título propio y quedarte ahí porque tan solo has creído a la voz del cielo que dice que esa será tu tierra algún día cuando hay ya pueblos habitando en ella. Abraham pudo comprar un pequeño lugar para sepultar a su esposa y luego había permanecido en ese lugar por la fe. Dios estaba cumpliendo su promesa y Abraham estaba siendo enterrado en el lugar que era suyo y que iba a ser literalmente de su descendencia física.
Cuando vemos la vida de Abraham, vemos a un hombre que caminaba por fe. ¿Te das cuenta que nuestra fe es muy pequeña en relación a la fe de Abraham? Este hombre igual que nosotros, con dudas, problemas, pecados, decidió un día confiar en el Señor y entregarse por completo y tuvo bastantes altibajos, pero siempre en cada caída sabía dónde debía regresar y era únicamente al Señor. ¿Podríamos entender que no hay mejores ni mayores propósitos para nuestras vidas que estar con el Señor Jesucristo? Sus planes son eternos para nosotros y no se limitan a esta vida.
“Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macpela..” - Se reunieron sus hijos para sepultarlo y lo hicieron en el mismo lugar que Abraham había comprado para Sara. De esta manera la mejor evidencia de la fe de Abraham a las promesas de Dios era que su cuerpo quedaba sepultado en aquel lugar o tierra prometida. Abraham estaba siendo enterrado en casa aunque era extranjero. Eso es extraordinaria fe.
Este es el relato del fin de la vida terrenal de Abraham. Decimos terrenal porque él no está muerto. Jesucristo dijo que él está vivo. La muerte de los santos de Dios nunca es el final, es el inicio a la plenitud de la eternidad con Cristo:
32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
Jesucristo estaba diciendo de esta manera que Abraham no está muerto sino vivo porque Dios es un Dios de vivos. Nadie que confíe en el Señor va a ser defraudado jamás.
Abraham se quedó en la fe en esa tierra y empezó a ser heredero según la promesa del Señor y luego su descendencia iba a ocupar mayor expansión de la tierra prometida. Aunque Dios ha cumplido en darles posteriormente la tierra, también a causa del pecado perdieron parte de ella. Pero esta promesa de que la nación física de Abraham, Israel, reciba la tierra, tiene un cumplimiento futuro también.
Ya hemos visto cuatro promesas de Dios realizadas a Abraham: Varias naciones vendrían de él, también una nación especial, moriría en paz y heredaría una tierra él y su descendencia. Pero aún hay una promesa más que fue cumplida en Abraham y esta es la más extraordinaria, porque esta sí nos ha alcanzado a nosotros también:
El Señor prometió a Abraham que sería de bendición y que en él serían benditas todas las familias de la tierra y Dios cumplió su promesa. Gn 25:11
El Señor prometió a Abraham que sería de bendición y que en él serían benditas todas las familias de la tierra y Dios cumplió su promesa. Gn 25:11
Recordamos la promesa de Dios que mostraba sus propósitos eternos:
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Todas las familias de la tierra iban a ser benditas ¿qué quiere decir esto? No podemos entender esto hasta la llegada de Jesucristo, descendiente de Abraham y Sara, descendiente de Isaac y Rebeca y de los hijos de sus hijos. Abraham fue el origen de un pueblo étnico que recibiría las promesas y por el medio del cual vendría Cristo el Salvador del mundo.
Volviendo a la porción de hoy:
11 Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac su hijo; y habitó Isaac junto al pozo del Viviente-que-me-ve.
Esto es impresionante porque Abraham estaría muerto en el cuerpo pero los propósitos de Dios continuarían con su hijo Isaac y con Rebeca su esposa. Este versículo dice que Dios bendijo a Isaac, él había recibido las promesas espirituales, herencia recibida de Abraham por la fe.
“..y habitó Isaac junto al pozo del Viviente-que-me-ve.” - Isaac ya había sido afirmado para heredar todas las promesas, las específicas para el pueblo de Israel así como la que se extendía a toda la humanidad.
Isaac permanece en la tierra de Abraham y no sale de ella, cree que esa es la tierra que le pertenece por herencia. Isaac da continuidad porque los planes de Dios tenían que cumplirse.
¿De qué manera iban a ser benditas todas las familias de la tierra? ¿De cómo las promesas dadas a Abraham se extienden hasta nosotros?
La respuesta está en que a través de Isaac o del pueblo de Israel que Dios comenzaba en Abraham, vino un descendiente que daría fin a la serpiente de Génesis 3.15:
En la crucifixión Jesucristo no estaba pagando por delitos propios, sino que estaba pagando por delitos de terceras personas, ahí están todas las familias de la tierra que por la fe y el arrepentimiento pueden alcanzar los beneficios de la cruz. Todo ser humano puede recibir el perdón de los pecados, pagados en el cuerpo y vida de Cristo. Ahora podemos entender que si también creemos por fe, entonces también llegará la salvación a nosotros o nuestras familias a través de nosotros y pasaremos de condenados a perdonados y de hijos de desobediencia a hijos amados del Señor.
14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Esta promesa alcanza a los gentiles, es decir a todos los que no son hijos del Israel étnico. Algunas promesas fueron para Israel y otras se extendieron y esas promesas nos han llegado. La bendición a todas las familias de la tierra fue a través de Cristo Jesús, descendiente de Abraham e Isaac.
16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
Jesucristo fue el cumplimiento de la mayor promesa de Dios a Abraham. De esta manera creyó Abraham y de esta manera vivió y con esa esperanza murió. Y de esa manera respondió a la pregunta más difícil en la cuál nos cuesta creer: ¿Vale la pena dejarlo todo por el Señor y entregar tu vida por completo a Él? La respuesta es SÍ, sin duda alguna. Abraham es la evidencia de que Dios cumple todas sus promesas y que en sus promesas su misericordia era tan grande que incluía salvar a los más grandes pecadores, es decir, a nosotros, para darnos la herencia espiritual de Abraham.
MEDITEMOS LA PALABRA
MEDITEMOS LA PALABRA
Cuando como creyentes desconocemos de cómo es que nosotros hemos sido alcanzados por el Señor, estando perdidos, entonces es fácil desviarnos de la gratitud hacia el Señor y de una vida comprometida con sus planes a través de la Iglesia.
Hemos visto en la vida de Abraham que Dios fue fiel con Abraham a pesar de los errores y pecados que Abraham cometió en varias etapas de su vida. Dios fue incondicional con sus promesas. El testimonio de la Escritura el día de hoy ha mostrado a un Creador digno de ser recibido y digno de que el hombre deposite su fe entera en Él. Pero esta decisión te toca tan solo a ti.
¿Qué más debe hacer el Señor para que entendamos que hay planes eternos con él? ¿Qué más debe hacer el Señor para que sepamos que estamos condenados por nuestros pecados a una eternidad sin Él pero que por su gran amor nos rescató en la vida de Jesucristo en la cruz?
El cristiano moderno ha dado la impresión al mundo de que podemos tener vidas de agrado al mundo y al mismo tiempo de agrado a Dios. Pero nada puede estar tan alejado de la verdad de la Biblia.
Algunas verdades del texto bíblico de hoy para que apliquemos:
Ser descendiente físico de Abraham no te salva ni te da acceso directo a las bendiciones eternas de Dios. Abraham tuvo varios hijos pero eso no significó la salvación de todos. No es la descendencia física la que salva sino la descendencia espiritual de Abraham. Abraham creyó en el descendiente que vendría a través de él y le fue contado por justicia. Nosotros también debemos creer en el descendiente que vino de él, es decir Jesucristo para alcanzar la justicia de Dios y ser limpios.
29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
Hoy hay muchos descendientes físicos de Abraham, que son parte de la nación de Israel que están siendo condenados eternamente por haber rechazado al mesías enviado Jesucristo. Un día el remanente de Israel se volverá a Cristo y entonces también habrá salvación para muchos de ellos. Pero nosotros que ya conocemos esa salvación ¿damos gracias a Dios por haber extendido su redención hacia todas las familias de la tierra, es decir a la nuestra? A veces vivimos como si Cristo realmente no fuese verdadero, como si nuestra vidas no fuesen para comprender y recibir su amor y para entregarnos a Él por completo al saber que nos ha amado tanto y no solo nos rescató sino que tiene para nosotros la eternidad a su lado.
Si has recibido a Cristo y eres heredero espiritual de Abraham ¿dónde está vida de comunión con Cristo?
¿Cuánto amas al Señor? ¿Cuánto trabajas en su ministerio? ¿A cuántos has hablado acerca del amor de Cristo esta semana? ¿Cuántas decisiones de tu vida han sido consultadas en oración? ¿Cuántas veces has leído la Biblia estos días?
Si no tienes un ardiente deseo de conocer la voluntad del Señor en Su Palabra, es probable que tal vez aún las promesas de redención, aunque puedes conocerlas, aún no han hecho verdadero efecto en tu vida. Su mayor promesa a Abraham fue extendida de tal manera que seamos una familia con el Señor, pero a veces Él vive tan lejos de nuestras vidas porque lo vamos sacando poco a poco.
Renovemos nuestro compromiso con el Señor, somos herederos de Abraham de sus promesas espirituales. No te equivoques con esto. Los judíos se equivocaron con esto una vez:
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?
La respuesta de Jesús fue contundente:
37 Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
Y finalmente.
39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
Ya conocemos más de las promesas que Dios hizo a Abraham, hagamos las obras que Abraham hizo y fue poner su fe en Señor y creer en sus promesas. Seamos parte de la familia del Señor. Recibe a Cristo el día de hoy. Vamos a orar.